Cuando el rey Layo supo que su hijo lo mataría y se casaría con su esposa, decidió matarlo. Fue por azares del destino y la piedad del mensajero que Edipo vivió y entonces, la profecía de los oráculos se cumplió: Edipo mató a su padre biológico y, llegando a Tebas, desposó a su madre… Así cumplió las predicciones que alguna vez causaron pavor al ya fallecido rey… si hubieran dejado de preocuparse por el futuro y se hubieran concentrado en el presente, tal vez la profecía no se hubiera cumplido, tal vez ese maldito oráculo sólo saboteó nuestra existencia.
En la vida real no hay un profeta que nos sabotee, lo hacemos nosotros mismos. Dejamos de vivir nuestra vida porque tenemos miedo. El miedo se convierte en el mayor opresor de nuestra existencia y con él, nos entorpecemos a cada paso. Estamos preocupados a cada latido y cada sentido sin disfrutar los momentos especiales, felices o indescifrables que están presentes pero que ignoramos con los ojos completamente cerrados.
Si te sientes así y quieres romper el patrón, tal vez debas comenzar con estos 10 libros:
*
“El libro de los abrazos” (1989) Eduardo Galeano
Con relatos que se unen por la impotencia del mundo y de los ninguneados, la obra de Galeano crea la intensidad perfecta para conocer la realidad tal y como es y así, intentar superarla a sorbos. Todos los miedos existenciales se desvanecen cuando, después de leer lo que ocurre, tu único ímpetu es intentar cambiarlo para lograr ser mejores.
“El hombre que plantaba árboles” (1953) Jean Giono
La felicidad se trata de disfrutar lo que haces, sin importar cuán ilógico parezca… todos te verán raro, no sabrán con certeza lo que intentas pero cuando vean el resultado, se sorprenderán. Después de que el narrador de esta historia se pierde en un paraje desolado de Provenza, encuentra a un hombre que ha plantado semillas por décadas para restablecer la hermosura de ese sitio. Cuando visita el sitio años después, descubre que el lugar semidesértico ahora cuenta con admiradores que aún se preguntan cómo ocurrió este fenómeno.
“De profundis” (1905) Oscar Wilde
Después de ser acusado de sodomía y ya en la cárcel, Wilde escribe esta enorme carta de venganza y ajuste de cuentas a quien fue su amante. Sintiéndose traicionado, Wilde le reclama a Alfred Douglas Bosie su postura traicionera e irritante. Lo llama egocéntrico, cobarde y desconsiderado. Le reprocha la pérdida de tiempo que vivió a su lado en la que, asegura, ni siquiera pudo escribir. Pero la cárcel también le sirve al escritor para reflexionar sobre las cosas realmente importantes y valiosas de la vida. Se reconcilia con el Wilde que existía y se plantea su papel de ahora en adelante. Asegura que el dolor es la pura respiración del alma y ahora sabe, el momento de éxtasis en su existencia es aquél en el que se encuentra más que derrotado y confiesa sus penitencias.
“El libro vacío” (1958) Josefina Vicens
Este es quizá el libro perfecto para todos los que pensamos que no estamos haciendo nada trascendental, los mismos que creemos que el éxito sólo se alcanza con millones de dólares en la bolsa y una casa en la costa. José García intenta escribir una novela pero también se cree el hombre más perdedor del mundo. Al final, el libro que pensaba vacío, se llena de su vida y se convierte en un texto vivo en el que nos reflejamos todos.
“Un hilito de sangre” (1991) Eusebio Ruvalcaba
“Un hilito de sangre” tiene en sus páginas la esperanza y ternura que nos caracteriza a todos en la juventud. Las creencias y dogmas con los que crecemos se juntan con un ímpetu lleno de inocencia. En la adolescencia, el joven protagonista de esta historia ha decidido dejar todo atrás para pelear por el amor pero en realidad, pelea por su vida: deja atrás los estigmas, a la autoridad y los prejuicios para descubrir su sexualidad, identidad y su lugar en la sociedad.
“La tregua” (1960) Mario Benedetti
Martín Santomé es viudo, tiene tres hijos adultos y su trabajo lo es todo; sin embargo, está a punto de jubilarse y cuestiona su existencia. Entonces, llega a su vida una joven llamada Laura que cambia su panorama de la realidad; comienza a ser verdaderamente feliz y disfrutar los momentos diarios. En ese momento conoce el mundo, lo que le hacía falta y lo que extraña del amor, pero debemos preguntarnos, ¿si una persona tiene el poder de cambiar nuestro mundo, por qué no lo hacemos nosotros mismos y para nosotros?
“Las intermitencias de la muerte” (2005) José Saramago
Saramago representa a la condición humana a través de este libro en el que la muerte deja de trabajar. ¿Acaso es la muerte lo que nos impide ser plenos y felices? A pesar de que se ha detenido, el sufrimiento y dolor continúan. Las personas se hacen más salvajes, despiadadas y sucias pues, aseguran, para lograr sus cometidos, a veces es necesario hacer hasta lo imposible. La única que parece divertirse es la muerte, quien al final nos demuestra la belleza que la humanidad no ve, el amor que no permanecerá, lo que dejamos ir cada vez que nos quejamos del absurdo caos en el que nos encontramos.
“La muerte feliz” (1971) Albert Camus
“Sólo se necesita tiempo para ser feliz. Mucho tiempo. La felicidad, también, consiste en tener gran paciencia. Y casi siempre nos pasamos la vida gastando tiempo para ganar dinero, cuando deberíamos estar gastando dinero para ganar tiempo”… La primera novela de Camus nos muestra cuán complicado es alcanzar la felicidad pero también ahonda en la creación consciente de la misma.
“Crónicas marcianas” (1950) Ray Bradbury
A pesar de ser un libro de ciencia ficción, Bradbury, trata temas siempre presentes en la humanidad como la guerra, la autodestrucción y el racismo. El planteamiento principal de las crónicas marcianas es la condición humana y cómo el ser humano sabe que a pesar de convertir en su hogar el lugar al que llega, tiene ese sentimiento de no estar ahí, de no ser dueño de nada. Esta reflexión nos demuestra nuestra naturaleza y así, podemos aprender a lidiar con ello.
“Watchmen” (1986) Alan Moore
Todo el mundo está completamente loco, al menos así lo demuestra la novela gráfica de Moore. En un mundo apabullado por las hostilidades de la Guerra Fría, la aniquilación mundial es lo de menos cuando sabes que no puedes ayudar, por más poderes que tengas o las posibilidades que te dé la existencia. Así, tal como decía Wilde, tocar fondo y darte cuenta de tus limitantes es lo único que te permitirá enfrentar la vida con fuerza y sin falsas expectativas.
Si por el contrario, deseas enfrascarte más en tu crisis existencial, estas frases te permitirán ser un romántico decadente.
The post 10 libros para terminar con tus miedos existenciales appeared first on Cultura Colectiva.
